Te contaré una historia el día de hoy, una historia de tristezas, de dolor, de amarguras…. Una historia de amor. Pero no es una historia común y corriente pues no trata de príncipes y princesas que se enamoran y viven felices para siempre, porque esas historias solo en los cuentos existen y este no es un cuento de hadas.
Todo comenzó hace algunas lunas cuando él y ella se conocieron por casualidad, aquella tarde ella estaba sola frente a su computador como muchas otras ocasiones, pero a diferencia de otros días la embargaba una gran tristeza de esas que solo saben dejar los desamores.
Un sapito que creía podía ser príncipe le había enamorado pero también engañado, 17 años los separaban lo que no los había dejado amarse, casado con una reina a la que no amaba suspiraba por su pequeña princesa que sólo para él vivía; pero una confusión acabó con las ilusiones de ella y por lo tanto con aquel amor.
Esa tarde, un amable ¡Hola! Interrumpió su conversación, pero ella no sabía de quien provenía aquel saludo, una gran curiosidad despertó aquel extraño en su roto corazón por lo que de igual manera respondió:- ¡Hola! Limpio sus negros ojitos, secó sus traslucidas lágrimas y respondió a las preguntas del extraño, no tenía miedo pues sí a su sapito que miró le mintió, ahora no podía perder nada.
Pero no sólo la princesa tenía curiosidad porqué el príncipe no perdía la oportunidad de cuestionarla para conocerla y tratar de conquistarla, aunque no contaba con que la princesa estaba herida de amor, y se negaría a su inquietante propuesta...